Zapatillas para niños pequeños.
El desarrollo correcto del pie de un niño dependerá en gran medida de la utilización de un calzado adecuado a cada etapa de la infancia.
Durante los primeros meses de vida el calzado tan solo nos servirá para proteger el pie de los factores climáticos, unos calcetines serían lo ideal, y en caso de ponerle zapatos, deberían de ser sin suela, como si fuesen un guante, ya que en el transcurso del primer año el pie crece normalmente hasta cuatro números (pasamos de un 16 a un 20). Un zapato rígido perjudicaría este crecimiento fisiológico.
A partir de los 10 meses, preparamos el pie del niño para gatear y comenzar a mantenerse de pie. Así, tendremos en cuenta el uso de un calzado con una puntera más consistente para proteger sus dedos y el dorso del pie de diferentes golpes y del roce contra el suelo (sobre todo si gatea hacia atrás. En esta época es importante evitar las hebillas metálicas que puedan dañar el dorso de los pies.
En el momento que el niño comience a caminar, pondremos zapatillas bien reforzadas en la parte posterior y en los laterales, a fin de que sujeten bien el pie a nivel del talón para evitar movimientos muy similares a los que tenemos cuando nos torcemos el pie. Esta parte del calzado, llamada contrafuerte, es muy importante que no sobrepase los maléolos del tobillo en altura; evitamos así que los ligamentos y la musculatura de esta zona no se atrofien.
La suela no ha de ser muy gruesa, pero si antideslizante y muy flexible, permitiendo así que la movilidad sea correcta.
Si utilizamos velcro en el cierre conseguiremos cierta autonomía en los niños a la hora de vestirse.
Todas estas características le dan al niño una mayor estabilidad y seguridad en sus primeros pasos.
RECOMENDACIONES.
En los primeros 10 años el pie del niño habrá crecido al menos 20 números. Esto hace que muchas veces cuando cambiemos de calzado veamos que el anterior todavía está nuevo.
Es recomendable revisar una vez el mes el tamaño del calzado para comprobar que no haya quedado pequeño. Para ello nos basaremos en los siguientes puntos:
. Comprobar que desde el dedo más largo del pie (que suele ser el primero, pero a veces puede ser el segundo) nos queden 1,5cm para llegar a la puntera.
.Que nos quepa el dedo índice de la mano entre el talón y el final del calzado del niño.
. Comprobar los anteriores puntos antes de comprar zapatos nuevos.
. Tener en cuenta que por la flexibilidad de sus dedos, el niño nunca se quejará de un calzado pequeño.
. Comprobar que no exista ninguna rozadura o enrojecimiento. Muchas veces, que la uña siga la forma de la punta del dedo nos indica que el calzado es pequeño.
. Las compresiones mientras el pie se está osificando pueden provocar deformaciones importantes. Ante la duda, mejor calzado un poco grande que muy ajustado.
Los niños van madurando su forma de caminar hasta los 7 años, es entonces cuando se considera que tiene unos parámetros fisiológicos similares a los de un adulto.
Para que el calzado no influya negativamente en esta etapa tendremos en cuenta:
. El calzado debe ser muy flexible y ligero, excepto el contrafuerte que ha de ser más consistente en la zona del talón.
. Las suelas han de ser siempre antideslizantes y planas para favorecer el equilibrio. No se recomiendan suelas gruesas.
. Siempre compraremos las zapatillas adaptadas a la forma del pie, con forma amplia y lo mas rectas posibles, sin angulaciones pronunciadas a nivel del antepie ya que lo podrían desviar.
. Las palmillas internas han de ser planas. Evitaremos las costuras interiores.
. Uso de cierres regulables para poderlas adaptar a todo tipo de pies y grosores de calcetines.
. Los materiales de las zapatillas deberán ser naturales y muy transpirables, ya que es normal que a los niños les suden los pies.
. El precio caro no garantiza siempre que el calzado sea el adecuado.
. Intentaremos que en verano las sandalias sean con sujeciones a nivel de tobillo y sin ningún elemento entre el primer y el segundo dedo.
Fuente: podologotinko
Un 20 % de los niños presentan dolor en el talón
La enfermedad de Sever es una de las causas más frecuentes de dolor en el talón del niño. Se conoce también con el nombre de apofisitis del calcáneo. Una alteración más propia de niños que de niñas. Enric Giralt, podólogo, nos describe en qué se caracteriza y cómo se trata este dolor en el talón.
Causas de la enfermedad de Sever
Características del dolor
Cómo se trata
Problemas del pie en niños
Los pies de tu hijo son también importantes y debes estar alertas a ellos porque éstos se encuentran en pleno desarrollo durante sus primeros años de vida.
Los pies de los niños son muy flexibles y por tanto propensos a deformidades que les traerán problemas a lo largo de su crecimiento. Sin embargo, algunas de estas deformidades son congénitas.
Los problemas del pie más frecuentes en los recién nacidos son el pie zambo y el metatarsus adductus. El primero es un pie hacia adentro e invertido parcialmente. El bebé tendrá que tener los pies enyesados durante meses y usar zapatos ortopédicos.
Metatarsus adductus es una condición en la que el pie mira hacia adentro que se corrige con una terapia de movilidad pasiva a cargo de un fisioterapeuta.
A partir de los tres años los niños las malformaciones más frecuentes son el pie plano y el pie cavo. El primero es un pie en el que toda la planta del pie se apoya en el suelo, y el pie cavo (arco elevado) es todo lo contrario al pie plano y ocurre con menso frecuencia.
Lo recomendable en estos casos son tres cosas: llevarlo a un especialista del pie u ortopedista, comprarle los zapatos adecuados y dejar que los niños caminen descalzos para fortalecer su pisada y dejar libres los ligamentos y huesos del pie.
CLINOVA PODOLOGÍA, especialistas en podología infantil, no dudes en ponerte en contacto con nosotros si tienes alguna duda, en el 924 22 27 13 en info@clinovapodologia.com o a través de nuestra página en facebook
Fuente: bebes.net
El 95% de los bebés que no gatean antes de caminar pueden tener pie plano
Todos sabemos que el gateo es parte natural del proceso de desarrollo del bebé, en un período en donde se va haciendo capaz de moverse por sus propios medios, trasladarse hacia donde quiera y poco a poco ir ganando confianza para incorporarse y echarse a dar sus primeros pasos, pero existen casos en donde el aprendizaje se saltea y los niños pasan de estar sentados a salir caminando, algo que puede no ser muy positivo.
Hay familias que inducen a sus bebés a caminar de forma precóz, lo que indica que los pequeños no pueden pasar por la etapa natural del gateo y en consecuencia pueden sufrir malformaciones en el arco de los pies, además el gateo ayuda a que desarrollen sus articulaciones y músculos, sobre todo las rodillas, al comenzar a andar sin ese ejercicio previo convierte el proceso en algo más doloroso.
Los expertos del Minsa han hecho un trabajo de investigación que indica que nada menos que el 95% de los bebés que no gatean tienen problemas de pie plano, ya que son invitados a caminar antes de tiempo por parte de sus familiares, cuando lo normal es que entre los 9 y 11 meses el niño comience a gatear y luego a caminar a su propio tiempo personal.
Los especialistas coinciden en que los niños deben experimentar su propio proceso de aprendizaje, los pequeños pueden aprender a caminar solos sin el estímulo de los adultos en sus familias, ellos van aprendiendo a pararse por si mismos apoyando sus manos en los muebles en un proceso que va dando fuerza a los músculos en sus piernas, sus caderas y agilizando sus movimientos hasta sentirse lo suficientemente seguros.
El pie plano es una condición en el que falta el arco natural de la planta, se puede dar en uno solo de los pies o en ambos. Es importante saber que al comienzo de sus vidas, todos los niños presentan pies que se ven planos, debido a que el arco se forma hacia los dos o tres años de vida. La condición debe ser tratada con plantillas o zapatos especiales, si el niño se queja de dolores en los pies o en los tobillos, o se lo ve andar de manera torpe, hay que llevarlos de forma inmediata a un especialista.
Fuente: pequelia
El Pie Infantil: patologías comunes
El pie del niño es una estructura en constante desarrollo que continúa su evolución hasta alcanzar los 18 años. Existen algunas patologías propias de la infancia. Muchas patologías observadas en el niño son reconocidas como variaciones transitorias normales en el desarrollo que se corrigen por si mismas con el crecimiento. Otras deben ser tenidas en cuenta y, si es posible, corregirlas mediante la utilización de algún tipo de ortesis o calzado especial, así como llevar a cabo una serie de ejercicios correctores. Las más frecuentes son:
Pie plano
¿Qué es?
El pie plano, como su nombre indica, no es más que una alteración generalmente hereditaria que supone un aplanamiento del arco interno longitudinal, lo que implica una anulación de la bóveda plantar. Además del hundimiento de la bóveda, aparecen otras deformidades como el talón valgo.
¿Cómo detectarlo?
La huella de un pie plano es característica, puesto que la curva interior del pie es poco pronunciada o incluso nula. La presencia de una gruesa capa de grasa bajo la piel del pie contribuye en numerosas ocasiones a ocultar la presencia del arco longitudinal, de modo que un primer examen en un podoscopio indica pies planos para la mayoría de los niños menores de tres años. Al mismo tiempo que los huesos del pie van consolidando, van ocupando su posición funcional y las estructuras que definirán el funcionamiento del pie van tomando forma, los arcos que forman la bóveda plantar van ganando altura y consistencia.
¿Cómo tratarlo?
Existen una serie de ejercicios recomendados para intentar prevenir el desarrollo del pie plano: caminar de puntillas, descalzo por terrenos naturales (arena, césped.) y agarrar objetos con los dedos de los pies.
Pie cavo
¿Qué es?
Es el caso contrario del pie plano. En el pie cavo, tanto el arco interno como el externo tienen mayor curvatura de la normal con lo que son anormalmente altos, lo que provoca un acortamiento del pie. Esta mayor altura de los arcos longitudinales supone una disminución de la superficie de carga, por lo que los pies cavos padecen de sobrepresiones en talón y antepié, pudiendo aparecer callosidades en estas zonas.
Además, pueden aparecer otras deformidades como el talón varo.
¿Cómo detectarlo?
Esta patología puede surgir en la infancia. Se suele detectar a edades comprendidas entre los 5 y los 11 años. En muchas ocasiones, los tendones de los dedos son más cortos de lo normal y tirantes con lo que los dedos adquieren una posición de garra.
¿Cómo tratarlo?
El calzado corrector puede aliviar el dolor y mejorar los problemas al andar e incluye modificaciones ortopédicas a los zapatos, tales como la inserción de un arco y una plantilla de soporte. Sólo en casos severos se opta por la cirugía para aplanar el pie.
Pie adductus (Metatarso varo)
¿Qué es?
Entre las malformaciones congénitas del pie más frecuentes está el pie adductus. Se manifiesta desde el nacimiento y provoca que la parte anterior del pie, o antepié, se desvíe hacia adentro. Son los que fácilmente desarrollan un hallux valgus (juanete) si no se utiliza un calzado de diseño adecuado en la puntera.
¿Cómo detectarlo?
Visualmente, se distingue porque los dedos de los pies apuntan de manera destacada hacia el centro, con lo que el borde externo del pie tiene una forma de C.
¿Cómo tratarlo?
En la mayoría de los niños afectados, el metatarsus adductus puede curarse espontáneamente (sin tratamiento). Independientemente de la progresión de la desviación hacia adentro del antepié, el tratamiento inmediato después del nacimiento mejora el pronóstico del niño.
Calzado infantil….
Para lactantes y gateadores
- Utiliza un calcetín de lana o algodón.
- Elige zapatos con la puntera redondeada por el lateral, trasera alta, flexible, suave, y un cierre sencillo (velcro o un solo lazo).
- La suela, de piel o de goma, debe ser lisa, de 2 ó 3 mm. Recuerda, todos los materiales deben ser flexibles, con un acabado suave y sin costuras.
- Los bebés gatean, y por eso los zapatos deben llevar refuerzos en la puntera y el talón.
Zapatos para los primeros pasos
- Para los primeros pasos, y según el pie de cada niño, mira que la holgura interior del calzado sea de unos 10 mm. La puntera, cerrada y con un refuerzo de cierta rigidez para la protección de los dedos.
- Calzado con caña blanda y flexible, con un ajuste suave, con el talón dentro del calzado.
- Suela plana (no más de 3 mm) y muy flexible. En caso de tener tacón, la altura máxima debe estar entre 3-5 mm.
- El forro, con agarre para evitar deslizamientos del pie y el calzado.
Para los que van al cole
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A esta edad, los niños ya diferencian entre calzado de uso diario o calzado ocasional.
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Si llevan un calzado con tacón, éste no debe sobrepasar los 10 mm de altura en niños de 7 a 10 años. Entre 10 y 14 años, esta altura no debe sobrepasar los 15 mm en los niños, y los 20 mm en las niñas.
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El ancho del interior debe ser de unos 10 a 15 mm. La puntera cerrada, con un refuerzo de cierta rigidez para proteger los dedos.
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A esta edad, el zapato debe llevar una entresuela de 15 mm de espesor para la amortiguación y el desgaste.
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Un forro rugoso en la zona de contrafuerte evitará el destalonamiento del calzado.Fuente: mibienestar